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From Hell, de Alan Moore


¿Qué mejor manera de celebrar Halloween que leyendo en una buena historia de terror? Pero esta vez no comentaré una novela, sino un cómic. O, como prefieren los snobs, una novela gráfica.


From Hell es obra del conocidísimo guionista Alan Moore (Watchmen, V de Vendetta) y del dibujante Eddie Campbell. Fue publicado en varios volúmenes entre 1991 y 1998, y en un único volumen a partir de 1999, estando considerado como uno de los mejores cómics de la historia. Narra los famosos crímenes de Whitechapel de 1888, perpetrados por Jack el Destripador. El título hace referencia a una de las cartas que envió el presunto asesino al Comité de Vigilancia de Whitechapel, y que comenzaba con el título From Hell (Desde el infierno).


Los asesinatos de Whitechapel constituyen uno de los crímenes más míticos de la historia, no solo por su brutalidad, sino por que nadie ha conseguido averiguar todavía la verdadera identidad del asesino, lo cual ha dado lugar a todo tipo de teorías conspirativas. From Hell se basa precisamente en una de estas teorías, una que ha tenido especial predicamento desde que fue planteada en 1976 por el escritor Stephen Knight en su libro Jack the Ripper: The Final Solution. A partir de la obra de Knight, considerada actualmente por la mayoría de los expertos como una mera fantasía, Alan Moore elabora una ficción que mezcla los datos reales disponibles, los elementos de la teoría de la conspiración de Knight, y bastantes añadidos ficticios de su propia cosecha.


No me extenderé mucho en el resumen de la historia, por ser bastante conocida, pero, por si acaso...


ALERTA SPOILER


Londres, 1884. El príncipe Alberto, conocido como "Eddy" y nieto de la reina Victoria, se lia con una dependienta del East End, Annie Crook, con la que acabará teniendo una hija ilegítima. Al principio, el heredero al trono se hace cargo de la niña y se casa en secreto con Annie porque está enamorado y no es muy consciente de sus responsabilidades para con la Corona. Pero en 1888, tan pronto como las altas esferas se enteran de lo que ha pasado, deciden tomar cartas en el asunto: detienen y encierran a la dependienta en una institución mental y abandonan a la niña a su suerte. Posteriormente, el pintor Walter Sickert, amigo personal del príncipe Eddy y de Annie Crook, consigue que los abuelos maternos de la niña se hagan cargo de ella.


Hasta ahí, todo guay para la Corona. Pero resulta que Annie Crook tiene una amiga, Mary Jane Kelly, que está al tanto de todo. Mary ejerce como prostituta en Whitechapel, uno de los barrios más degradados de Londres, y le cuenta la situación a unas compañeras prostitutas del barrio. Entre todas deciden chantajear a la Corona vendiendo su silencio por dinero y le hacen saber sus intenciones a Sickert. El pintor se lo cuenta a la mismísima reina Victoria, y esta decide cortar el problema de raíz: le encarga a uno de sus médicos personales, el masón Sir William Withey Gull, que las elimine. El doctor Gull cumple con su cometido de manera eficaz aunque especialmente sanguinaria, porque el tío está como un cencerro y tiene visiones místicas muy locas. Por último, su antagonista, el inspector Abberline, trata de atrapar al asesino en medio de todo tipo de dificultades, incluyendo las extrañas trabas que le ponen sus propios superiores.


Y hasta aquí puedo contar.


Lo primero que hay que decir sobre From Hell es que Alan Moore no cree en la teoría conspirativa expuesta, como él mismo indica en los apéndices de la obra. Simplemente se apoya en ella como base para escribir una buena historia. De hecho, y aunque se desconoce la identidad del asesino y quizá nunca llegue a saberse, la misma biografía del doctor Gull parece indicar que es muy poco probable que se tratase de él. Todos los expertos lo descartan y consideran la hipótesis como una magufada.


Otro dato importante sobre la obra (y sobre la teoría conspirativa) es que trata únicamente de los asesinatos de las cinco víctimas canónicas: Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly. Murieron en ese orden y se las considera canónicas porque parece que fueron las únicas asesinadas mediante el particular modus operandi del Destripador. Sin embargo, pudo haber más víctimas, pues los asesinatos de prostitutas eran frecuentes en el Whitechapel de la época y algunos otros cuerpos encontrados podrían deberse al mismo criminal.


Esto nos lleva a otro de los puntos fuertes de From Hell: el rigor en la ambientación histórica. Aunque Moore nos cuenta una teoría conspirativa, todos los personajes que aparecen en el cómic (excepto uno) son reales. La panorámica que ofrece de las clases sociales de la Inglaterra victoriana y, particularmente, de las terroríficas condiciones de vida de la clase trabajadora, se muestran con mucho detalle y un cuidado realismo. También refleja muy bien el ambiente antisemita de la época, el oportunismo de la prensa, diversos aspectos de los ritos masónicos, de la arquitectura londinense o de la historia arcaica de Inglaterra, además de la aparición de algunos personajes contemporáneos a los hechos como Joseph Merrick (el hombre elefante), el escritor Oscar Wilde, Buffalo Bill y otros muchos. Vamos, que el trabajo de documentación de Moore es impresionante.


En cuanto a las ilustraciones de Eddie Campbell, son muy explícitas y bastante fuertes, en blanco y negro, con un tono realista que no escatima en sangre ni vísceras, muy fiel a las fotografías que se conservan de los cuerpos y de los escenarios de los crímenes. No es un cómic para niños, desde luego.


Hay dos últimos aspectos de la obra de Moore que son a destacar:


En primer lugar, el respeto por las víctimas de Whitechapel, desde la misma decidatoria del cómic, que va dirigida a las cinco víctimas canónicas, hasta el curioso y emotivo desenlace final. Un respeto que demuestra también en lo que a la representación física de las mujeres se refiere. En palabras del propio Moore:


"El aspecto físico de las cuatro* mujeres se ha detallado a partir de descripciones escritas, retratos realizados por ilustradores de la policía y, en ciertos casos, fotografías de la morgue. Ni eran las sensuales y lascivas bellezas que aparecen en las películas más comerciales sobre el Destripador, ni las desfiguradas y desdentadas arpías descritas por ciertos literatos. Eran mujeres corrientes que, pese a la pobreza y la insalubridad, intentaban parecer atractivas para ejercer el único oficio en el que la sociedad parecía encajarlas".


En segundo lugar, es de agredecer la honestidad intelectual de Moore a la hora de construir la historia. Recomiendo encarecidamente leer los apéndices finales del cómic en los que, de forma muy escrupulosa, Moore va explicando, página por página, qué elementos de la narración son reales y probados, cuales pertenecen a la teoría de la conspiración, y cuales provienen de su propia inventiva, que no son pocos y sí muy originales. Una honestidad que lo aleja radicalmente de la charlatanería de Stephen Knight. De hecho, el último de los apéndices es un pequeño cómic adicional titulado La danza de los cazadores de gaviotas donde Moore hace un repaso crítico de los numerosos intentos, casi todos fraudulentos e interesados, como el del propio Knight, de resolver en retrospectiva los crímenes de Whitechapel.


Y por mi parte, nada más. Espero que os aproveche la lectura... Y feliz Halloween.

Sir William Withey Gull, según Eddie Campbell. Ilustración de From Hell.


*La cita es de una de las anotaciones al capítulo tercero, en el que solo se representa a cuatro de las víctimas. Catherine Eddowes aparecerá en capítulos posteriores. Por eso Moore menciona cuatro y no cinco mujeres en el texto citado.

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